Un pasaje en Kracom: "Quiero mi vida de vuelta"

A dónde voy? En dónde estoy? Y si lo que veo no es mas que una ilusión?

Estas y mas cosas se preguntaba Mart que parado en las lomas frías de Kracom, dejaba que el aire sucio golpease su cara. Lorth su compañera de misión se acercó rápidamente para decirle que había que trabajar en la obra de su padre. Mart un jóven con mucha inteligencia había sido contratado por el padre de Lorth para reconstruir el ala de una nave, una obra de ingeniería que en Kracom muchos sabían hacer, sin embargo, este delgado ser ofrecía algo mas que su trabajo. Dejaba que su ser quedase impregnado en cada una de las cosas que hacía, pero en esta ocasión empezaba a sentirse vacío, como si se hubiese quedado en todas partes y al mismo tiempo en ninguna.

Mart: No tengo tiempo ahora Lorth...

Lorth: Pero si no veo que estes haciendo nada.. y las emanaciones de ácido sulfúrico empiezan a descender. (El contacto del Ácido con metales puede crear emanaciones tóxicas de Dióxido Sulfuroso e hidrógeno gaseoso inflamable.)

Mart: Pues no me importa. Moriré aquí, por lo menos aquí sabré, que aquí estoy y que aquí me quedaré. Aquí me dejarán, después de todo han decidido dejar atrás las tradiciones de nuestros antepasados, han destruido la necrópolis para construir un nuevo Pabellón... No puede ser que me haya prestado para trabajar en eso. Esta bien... lo hice por esa necesidad de trascender en este lugar tan frío en el que estamos, pero ahora Lorth... ahora siento que nada vale la pena.

Lorth: Lo hiciste porque sabías que era una oportunidad para seguir con vida. Gracias al nuevo Pabellon de Ciencia los jóvenes pueden seguir trabajando en investigación y seguir alargando nuestra vida.

Mart: Y para qué? Porqué seguimos con la idea de vivir? Si mientras pasa el tiempo, mientras seguimos alargando este infierno, seguimos haciendolo peor. Ahora diseñamos sociedades Lorth, ahora las féminas no quieren tener hijos, han decidido dejar todo en manos de la ciencia, en manos de los clones diseñados para eso, para crear mas y mas seres fríos. Déjame aquí, y dile a tu padre que me disculpe, no se si regresaré o aquí me quedaré, solo déjame sentirme independiente por un momento.

Lorth que había sido presa al igual que Mart de la salvación de la especie humana, sentía pena por el. Ella agradecía los avances de la tecnología y lo que tanto su padre como la ciencia habían hecho por el mundo, sin embargo guardaba en ella la pena de lo que ahora veía, pero era incapaz de expresarlo para no alimentar la tristeza de aquel de quien se había enamorado.

Ahora ambos vestían trajes que repelen el dióxido de azufre, lo cual los protegía de las emanaciones de ácido sulfúrico provenientes de la industria, sin embargo en dosis extremas, podían provocar envenenamiento y una reacción mortífera.

Lorth se acerca con miedo a Mart quien tenía la mirada perdida en la tierra naranja que esperaba su liviano cuerpo. Extiende su mano como ofreciendo que le acompañase, Mart la toma, la ve a los ojos y le dice:

Mart: Lorth... tu sabes cuanto te quiero, y cuanto deseo que seas felíz. Pero ahora mi felicidad consiste en quedarme aquí. En sentir que tengo el control de mi. En saber que no soy parte de todo esto en donde por todas partes esta mi nombre, mi ser. Mañana volveremos a jugar en las clases de arte, y prometo ser yo quien me convierta en tu lienzo. Dile a tu padre que no me encontraste. Kracom es muy grande, el no sabrá que mientes.

Lorth, con un ademán gentil, asiente con su cabeza, y triste regresa a casa, con la sensación de perderlo todo en ese instante, con el corazón hecho trisas y con la mirada en aquel cielo gris mientras el fino polvo acogía sus botas. Luchaba por volver... encontrar esa vida que les habían quitado a ambos, luchaba por no perder la esperanza de volver a ver en Mart la alegría que tenía en sus ojos la primera vez que se vieron.